Hacia 1950 comienza el proceso de ruina de Arxeriz. Entra en crisis la pequeña industria láctea y la actividad agrícola se reduce a mínimos. El Dr. López Suárez, poco antes de su fallecimiento, en el verano de 1970, vende todas sus propiedades a su sobrino D. José Rodríguez López, industrial que intenta revitalizar Arxeriz con criterios de innovación pura y dura, orientada a la maximización productiva. Construye naves de grandes dimensiones que enseguida se quedan obsoletas. El deterioro llega tras el abandono de los planes de recuperación.
“En 1996 D. Xosé Soto Rodríguez crea la Fundación Xosé Soto de Fión y asegura la finalización de los trabajos de restauración”
En 1985 Arxeriz vuelve a cambiar de manos, aunque sin salir de la familia, puesto que el nuevo propietario, D. Xosé Soto Rodríguez, se la compra a su tío D. José Rodríguez López. Con objeto de enmendar la situación de total ruina del lugar, D. José Soto Rodríguez (Xosé de Arxeriz) negocia la instalación de una escuela taller, la cual funciona desde 1993 hasta 1996. Promovida por la A.A.V.V. Ribeiras do Miño das Terras do Saviñao, contó con la dirección de José A. Quiroga Díaz y con el apoyo de Ceferino Díaz.
En 1996 D. Xosé Soto Rodríguez crea la Fundación Xosé Soto de Fión, entidad que asegura el éxito de los trabajos de restauración, y que en 1999 recibe en propiedad el conjunto de Arxeriz, por entrega que le hace el presidente-fundador en concepto de donación.
La Fundación Xosé Soto de Fión lleva la iniciativa de Arxeriz como referente de recuperación del patrimonio histórico-artístico, etnográfico y natural. Para el futuro se prevén actuaciones en el Castillo de Doiras, en Cervantes; elemento patrimonial de la fundación por donación de su presidente.
Las actuaciones de la Fundación (figura inscrita en el Registro del Protectorado del Ministerio de Cultura con el número 451 y con el CIF núm. G-27224245) se van a regir por el de sus estatutos.

